jueves, 21 de mayo de 2015

PROVERBIOS




Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre.

¿Qué, hijo mío? ¿Y qué, hijo de mi vientre?
¿Y qué, hijo de mis deseos?
No des a las mujeres tu fuerza,
Ni tus caminos a lo que destruye a los reyes.
No es de los reyes, Oh Lemuel, no es de los reyes beber vino,
Ni de los príncipes la sidra;
No sea que bebiendo olviden la ley,
Y perviertan el derecho de todos los afligidos.
Dad la sidra al desfallecido,
Y el vino a los de amargado ánimo.
Beban, y olvídense de su necesidad,
Y de su miseria no se acuerden más.
Abre tu boca por el mudo
En el juicio de todos los desvalidos.
Abre tu boca, juzga con justicia,
Y defiende la causa del pobre y del menesteroso.

miércoles, 20 de mayo de 2015

PROVERBIOS 



Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre.


Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su estima sobrepasa al de las piedras preciosas.
El corazón de su marido está en ella confiado,
Y no carecerá de ganancias.
Le da ella bien y no mal
Todos los días de su vida.
Busca lana y lino,
Y con voluntad trabaja con sus manos.
Es como nave de mercader;
Trae su pan de lejos.
Se levanta aun de noche
Y da comida a su familia
Y ración a sus criadas.
Considera la heredad, y la compra,
Y planta viña del fruto de sus manos.
Ciñe de fuerza sus lomos,
Y esfuerza sus brazos.
Ve que van bien sus negocios;
Su lámpara no se apaga de noche.
Aplica su mano al huso,
Y sus manos a la rueca.
Alarga su mano al pobre,
Y extiende sus manos al menesteroso.
No tiene temor de la nieve por su familia,
Porque toda su familia está vestida de ropas dobles.
Ella se hace tapices;
De lino fino y púrpura es su vestido.
Su marido es conocido en las puertas,
Cuando se sienta con los ancianos de la tierra.
Hace telas, y vende,
Y da cintas al mercader.
Fuerza y honor son su vestidura;
Y se ríe de lo por venir.
Abre su boca con sabiduría,
Y la ley de clemencia está en su lengua.
Considera los caminos de su casa,
Y no come el pan de balde.
Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada;
Y su marido también la alaba:
Muchas mujeres hicieron el bien;
Más tú sobrepasas a todas.
Engañosa es la gracia, y vana la hermosura;
La mujer que teme a Dios, ésa será alabada.
Dadle del fruto de sus manos,
Y alábenla en las puertas sus hechos.

martes, 5 de mayo de 2015

PLEGARIA

PADRE



No quiero estar libre de peligros;
Solo quiero valor para afrontarlos.

No quiero que concluyas mis dolores;
Sino que mi corazon sepa sobrellevarlos.

No busco camaradas para el campo de batalla;
Solo mis fuerzas para luchar.

No anhelo temeroso ser salvado;
Quiero, Si, mi libertad conquistada con paciencia.

!No sere tan cobarde, Señor, como para querer 
el triunfo gracias a tu misericordia!.

! QUIERO TU MANO APRETADA EN MI FRACASO!



Rabindranath Tagore

martes, 9 de marzo de 2010

REGRESO DE NUEVO A CASA



Pareciera como si volviera a la tierra, es mas siempre he estado en ella y creo que mas enredado con cosas vanales y que dejamos que un poco atonte nuestras vidas y nesecidades reales.






Solo digo que regreso, porque espero desde ahora guardar en este rincon como lo hacia siempre, desde niño; las cosas buenas que encontraba por alli.






Para volver luego y revisarlas como al monton de juguetes cuando niño y descubrir que algunas de ellas las habias olvidado y que bueno que aun sigan alli.






miércoles, 12 de diciembre de 2007

MÍRAME EN LOS OJOS...



Me dijo bajito:

"Amor mío, mírame en los ojos."

Le reñí, y le dije:

"Vete." Pero no se fue. Se vino a mí y me cogía las manos...

Yo le dije: "Déjame."Pero no se fue.Puso su mejilla en mi oído.

Me aparté un poco, me quedé mirándola, y le dije: "¿No te da vergüenza?" Y no se movió.

Sus labios rozaron mi mejilla. Me estremecí, y le dije: "¿Cómo te atreves, di?" Pero no le dio vergüenza.Me acaricio en el pelo. Yo le dije: "¡Es en vano!"Pero no cedía. Me quitó la guirnalda de brazo, y se fue.

Y lloro y lloro,

Y le pregunto a mi corazón:
"POR QUE, POR QUE NO VUELVE?"

domingo, 21 de octubre de 2007

LA PRINCESA PERDIDA





Erase una vez un príncipe que quería casarse con una princesa, pero tenía que ser con una princesa de verdad.
Recorrió el mundo entero, y aunque en todas partes encontró princesas, siempre acababa descubriendo en ellas algo que no acababa de gustarle. De ninguna se hubiera podido asegurar con certeza que fuera una verdadera princesa; siempre aparecía algún detalle que no era como es debido. El príncipe regresó, pues, a su país, desconsolado por no haber podido encontrar una princesa verdadera.Una noche se desencadenó una terrible tempestad: relámpagos, truenas y una lluvia torrencial. ¡Era espantoso!Alguien llamó a la puerta de palacio y el anciano rey fue a abrir.Era una princesa quien aguardaba ante la puerta. Pero, ¡Dios mío!, ¡Qué aspecto ofrecía con la lluvia y el mal tiempo! El agua chorreaba por sus cabellos y caía sobre sus ropas, le entraba por la punta de los zapatos y le salía por los talones. Y sin embargo, ¡pretendía ser una princesa verdadera!"Bien, ya lo veremos", pensó la vieja reina, y sin decir palabra se dirigió a la alcoba, apartó toda la ropa de la cama y colocó un guisante en su fondo; puso después veinte colchones sobre él y añadió todavía otros veinte edredones de plumas de ánade.Allí dormiría la princesa aquella noche.A la mañana siguiente, le preguntaron qué tal habia descansado.- ¡Oh, terriblemente mal!- respondió la princesa. Casi no he pegado ojo en toda la noche. ¡Dios sabe qué habría en esa cama! He dormido sobre algo tan duro que tengo el cuerpo lleno de cardenales. ¡Ha sido horrible!Así se pudo comprobar que se trataba de una princesa de verdad, porque a pesar de los veinte colchones y los veinte edredones de pluma, había sentido la molestia de un guisante. Sólo una verdadera princesa podía tener la piel tan delicada y ser tan hermoza despues de aquella tormenta.
El príncipe, sabiendo ya que se trataba de una linda princesa de verdad, quiso hablar con ella, pero habia partido con la misma prisa con que habia llegado la noche anterior, asi el tomo a su caballo y salio a buscarla por el mundo.
Aun continua buscandola y siente muy dentro que el dia que la vea sabra que es ella de verdad.Y el guisante fue trasladado al Museo del Palacio, donde todavía puede contemplarese, a no ser que alguien se lo haya llevado.¡Como veréis, ésta sí que es una historia verdadera!